Hoy, aprovechando que es mi cumpleaños. Quiero escribir un
momento sin pensar mucho y reflexionar un poco sobre mi vida.
El mes pasado fue un mes duro para mí. A mi familia inmediata,
mis papás y mis hermanos, les dio Covid19. Ilógicamente a mi no me dio, soy
leyenda. Fueron días difíciles porque estuve primeramente cuidando a 3 enfermos
junto con mi mamá y luego, ella enfermo y me quede por unos 4 días sola, preparándolos
de comer, excepto el almuerzo, tratando de que tuvieran lo necesario y llevando
y trayendo cosas de un lado a otro al tiempo que trataba de concentrarme en el
trabajo.
Mi mamá, empezó a ponerse mal. Y digo, mal no en el
estado de que tuvimos que llevarla al hospital a entubarla, pero si mal de que
nos hizo pasar muchos sustos. Sus pulmones estuvieron bastante inflamados y
tuvo que estar muchos días con oxígeno, empezó por ratos, luego ya todo el
tiempo y así. Les juro que la vi bien complicada y desganada, jamás había visto
a mi mamá así. Siempre ha sido una mujer fuerte y valiente ante las cosas. Siempre
ha demostrado entereza y fortaleza emocional y física en todo lo que hace. Verla
desanimada, no comiendo, casi ni hablando, me destrozo por dentro.
Además de eso, mi hermana empezó a tener crisis nerviosas.
No pensé que después de yo misma pasar por ellas vería a mi pequeña hermana
hacerlo y mucho peor de lo que yo pasé en cualquier momento de mi vida. Ella misma
tomó la decisión de internarse en un centro de reposo porque no se sentía bien.
Quería alejarse de toda la situación que estábamos viviendo en casa.
Fueron días difíciles, hubo muchas veces que me senté y
me di por vencida en el momento. Hubo muchas veces que cuestioné lo que estaba
pasando, que me di golpes de pecho de porque no a mi y si a mi mamá y mi
hermana. Hubo días en las que no conciliaba el sueño, me despertaba con
pesadillas muchas veces durante la noche. Otros, que estaba tan agotada que mi
cuerpo simplemente se daba por vencido y me quedaba profundamente dormida en
las noches. Recuerdo un día en particular, que tuve que ir a la clínica porque
mi abuelo había sido ingresado por Covid y vi como sacaban un cuerpo, me
desmoroné. Pensé simplemente en lo peor.
Pero, también siento hubo días en los que me sentí
acompañada por muchas personas. Hubo gente que todos los días escribía simplemente
para preguntarme como estaba, otras personas que me extendían la mano para
darme ayuda sin siquiera pedirla, otros que vinieron muchas veces a decirme, ve
aquí estamos por si necesitas algo. Me sentí muy feliz, tenemos mucha gente que
nos quiere y eso se vio reflejado esos días que parecían tan negros.
Mi mamá esta muchísimo mejor ahora. Ya no usa oxígeno. Aún
está en tratamiento, pero está mucho más energética. Mi hermana también está
pasando por un proceso de recuperación lento, pero ahí vamos. En cuanto a mi
papá y mi hermano, siento que fueron los menos afectados físicamente pero que,
al igual que yo, vamos a necesitar mucha ayuda con nuestra parte emocional.
Desde que sucedió esto, me siento como en un limbo. Como si
mi corazón y mi mente estuvieran en una pausa y yo estuviera de espectadora
viendo como los días pasan y como mi yo, piloto automático, actúa e interactúa
con todos.
Se que debo buscar algún tipo de ayuda porque, me siento
como desganada, como sin ánimos de nada y creo que es la primera vez en toda mi
vida que tengo esta sensación en mi cumpleaños. Siempre lo veo llegar con mucha
ilusión y alegría.
Creo que mis 31 años llegaron llenos de experiencias un
poco perturbadoras para mi y que siento que han cambiado un poco la forma en la
que veo mi vida. Espero, sinceramente, que esta nueva vuelta al sol traiga al
menos tranquilidad emocional y paz interior. Solo eso.
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