DISCLAIMER: Durante todo el mes de Octubre, o
parte de él, estuve viajando a varias ciudades de Europa. Y, aunque intente
leer durante ese viaje, sinceramente no lo logré. Lo que si hice fue hacer un
diario de mi experiencia porque quería contarles con detalle cómo me fue
durante el viaje y que me pareció todo lo que vi. Por esas dos razones, el
hecho de no haber leído y, de tener mis experiencias detalladas en mi diario,
decidí hacer del mes de noviembre un memento de este viaje. Espero no
aburrirlos con las publicaciones y que puedan conocer un poquito más de mí al
leerlas. También quiero aclarar que esto no es para mostrar ni alardear acerca
de nada. Gracias nuevamente por leer.
Llegamos
a Ámsterdam después de un viaje en tren que no estuvo tan largo como cuando
partimos desde Paris a Brujas. El viaje incluso fue más placentero que el
anterior y, el anterior había sido bastante placentero.
Nos
encontramos, desafortunadamente, con que el hotel que habíamos reservado estaba
ubicado bastante lejos de la mayoría de las cosas que íbamos a visitar. Nos tocaría
usar transporte publico tal vez por primera vez porque, anteriormente, habíamos
escogido tan bien que todo estaba a una caminata de distancia.
Lo
primero que hicimos fue instalarnos en el hotel. A pesar de ser muy
colaboradora con las cosas, no me gustó mucho el tono en el que me hablo la
recepcionista. El hotel no tenía ascensor y estábamos ubicados en un tercer
piso en una de las habitaciones, mi hermana y yo tuvimos que sacrificarnos un
poco debido a que mi mamá no podía subir todas esas escaleras por una lesión de
su rodilla. Por primera vez mi hermano pequeño durmió acompañado de mis padres.
Teníamos
un tiquete comprado para ir al Mirador Adam Lookout y eso decidimos hacer. Llegamos
nuevamente a la estación del tren de donde habíamos salido hacia el hotel y nos
subimos en un ferri que, es gratuito. El mirador estuvo chévere, pero, después
de subir la Torre Eiffel realmente cualquier otra cosa se queda como corta. A menos
que hubiese sido mucho más alto, que no lo era. Empezó a llover estando en el
mirado y tuvimos que buscar refugio en el restaurante bar que estaba arriba. Nos
quedamos mirando lejos un rato hasta que medio escampó y decidimos salir a
buscar que comer. Ya se, teníamos un restaurante bar, ¿Por qué no comimos? Pues,
es que estaba demasiado costoso y nosotros somos 5 personas. Mucho dinero.
Volvimos
a montar en ferri y nos dejaron nuevamente en la estación de trenes. Como empezó
a llover nuevamente, decidimos cenar (ya eran las 6 pm) en la estación. Encontramos
un restaurante asiático y mis papás estaban felices porque comerían arroz por
primera vez en muchos días. Mis hermanos también estaban felices. Yo me pedí un
ramen de Kimchi. SI, de Kimchi. Es impresionante como puedes comer cosas que
deseas tanto tan lejos de su origen. Mi ramen estaba delicioso, pero, creo que
demasiado picante para lo que había estado comiendo porque empecé a sentirme
demasiado mal del estómago. Ganas de vomitar y de ir al baño, fue horrible.
Debido
a mis nauseas nos tuvimos que sentar un rato en la estación del tren antes de
decidir qué hacer y la lluvia empezó a caer nuevamente. En Ámsterdam nos llovió
muchísimo. Mi papá encontró dentro de la estación de trenes esta empresa de buses
de City Tour y decidió comprar los tiquetes para el día siguiente. Iríamos a
todos los lugares, pero tendríamos transporte, lo que era bastante bueno para
no tener que estar buscando rutas de tranvía o autobuses. Regresamos al hotel a
descansar, yo seguía sintiéndome mal. Mi hermana estaba preocupada por mí y quería
llamar a mis papás porque era de madrugada y yo seguía yendo al baño. Chicos enserio
que no fue bonito.
Al
día siguiente tenía mi estómago sensible, pero me sentía mejor. Al menos no tenía
ni nauseas ni ganas de ir al baño. Pasamos el día completo subidos en el bus de
City Tour y bajándonos en los puntos que teníamos para visitar en nuestro
itinerario. Fuimos a la casa de Ana Frank, pero solo la logramos ver por fuera
ya que no logramos conseguir tiquetes para entrar, estaba todo lleno. Así que
cuando les dicen que tienen que programar la ida con unos 4 meses de anticipación,
es cierto.
Llovió
mucho durante al menos unas 2 horas ese día. Caminamos bajo la lluvia porque
solo teníamos ese día para ver todo lo del itinerario y queríamos aprovecharlo
lo más que se pudiera. Mis zapatos se empaparon. Creo que tuve suerte de no
enfermarme con gripa después de eso porque estaba tomando vitamina C.
En
el centro de la ciudad hay muchos locales vendiendo productos hechos de Canabi.
El olor a Canabi está por todas las calles, en unas más que otras. Depende de
que tan abierta este la calle, si es una calle principal sentirás el olor de
vez en cuando. Si no es así, y estas en uno de los callejones, lo mas probable
es que el olor lo sientas siempre. Eso en el centro, en el resto de la ciudad,
al menos yo, no lo sentí.
Lo
que más me gustó de Ámsterdam fue definitivamente la Plaza de Museos, donde se
encuentra el museo a Van Gogh. El lugar es de verdad precioso. Me sentí como
llena de paz, los jardines son demasiado amplios y bonitos y el césped se extiende
de manera increíble por toda la plaza. Muy lindo.
Después
de la Plaza de Museos fuimos al tan conocido Distrito Rojo o Barrio Rojo, como
quieran llamarle. Entramos tipo 6 de la tarde, aun no estaba oscuro, pero si
llegamos a caminar hasta que oscureció completamente. Logramos ver a una chica
en una vitrina bailando y también a mucha gente en bares que estaban a los
alrededores tomando cerveza y eso. Mi hermana y yo empezamos a sentirnos muy
mareadas así que decidimos salir de allí y buscar un lugar donde cenar algo
ligero.
Encontramos
un Starbucks, ahora les digo que Starbucks fue nuestro amigo para cuando queríamos
café y algo ligero de comer, lo visitamos con frecuencia. Durante todo el viaje
mi hermana intento buscar una bebida rosada de Starbucks y nunca le atino. Aún sigue
con si búsqueda. Yo pedí un Café Mocha, quería algo caliente y hacia bastante
frio afuera. Lo probé y sentí esas ganas inmensas de vomitar. Fue horrible. Había
pedido un muffin de arándanos, mi favorito, y no me lo quería comer. Así de mal
estaba. Llego un momento en el que me sentía sofocada y necesitaba aire fresco
y agua, tenía demasiada sed.
Me
toco salir del Starbucks y tomar aire, mi mamá me compro una botella con agua. Yo sabía que el olor tan concentrado de
marihuana en el distrito rojo era lo que me sentía así de mal. Mi hermana
estaba más o menos como yo, pero no tenía ganas d vomitar, ella solo estaba
mareada. Supongo que era por lo mal que estaba mi estómago desde el día
anterior.
¿Saben
que es lo peor de todo? Al salir del barrio rojo mi papá vio un restaurante
donde vendían carne argentina. Y él se quedó con la idea de que la quería probar.
Me hizo entrar nuevamente allá para comprarle su carne y llevársela al hotel. Yo
estaba tan mal que eso me dio muchísimo mal genio. Tanto mal genio tenía que le
pedí la carne y todo y se la entregue de mala gana. Y cuando llegamos al hotel,
nos dimos cuenta que la carne venia sola, no traía ningún tipo de acompañamiento.
Así que mi papá tuvo que comerse su carne sola, sin nada. Creo que eso me deja
una lección que dice, no hagas las cosas de mala gana. Pero a él le dejo la lección
de si tu hija se siente mal no le pidas favores que impliquen que ella regrese
al lugar donde se sentía mal. I mean…le dije papi busquemos un lugar acá, y el
no…él quería su carne argentina del lugar dentro del barrio rojo donde la había
visto…lección de vida para ambos. Ahora del sabor de la carne no tengo idea
porque me fui a dormir prácticamente después de llegar al hotel y no sé qué tal
estaba.
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