miércoles, 23 de agosto de 2017

LLEVANDO UNA AGENDA


Tenía muchas ganas de hacer una entrada acerca de este tema hace mucho tiempo. Por fin llego a sentarme y escribirla después de haber pensado en ella  por tanto tiempo y, en cómo debería escribirla también. Porque escribir esto para mí es muy personal, sobre todo porque este tema es algo con lo que tengo conflictos internos diariamente.  

Ahora ustedes se preguntaran ¿porque tiene Sheyla conflictos internos por una agenda? Pues es que mantener mi agenda se ha vuelto en mi contra un poco y siempre me mantengo estresada por eso. Estoy trabajando en eso, no se preocupen.  

Yo soy una persona demasiado controladora y, el tiempo es algo

que definitivamente me gusta tener controlado. No me gusta sentir que estoy perdiéndolo porque lo considero valioso. Esto ha hecho que llevar una agenda sea indispensable para mí. Tengo de hecho dos agendas ahora mismo, además de mi diario (en el que escribo mas o menos una vez al mes), una la uso para mi trabajo y la otra la uso para mis cosas personales. De esta es de la que les quiero hablar un poco hoy.  


Ahora, no les voy a hablar de cómo llevar una agenda efectivamente porque creo que soy la peor para esta tarea. De lo que si les voy a hablar es un poco como ha cambiado mi manera de llevar mi agenda a través de los años y como creo que me ayuda a conseguir las metas que quiero. Porque efectivamente creo que es para eso para lo que la uso, alcanzar pequeñas tareas a nivel laborar diariamente y, a nivel personal, alcanzar esos objetivos que tengo para fin de año.  

Hace algunos años, mis objetivos estaban bien enfocados hacia mis estudios. Por ende mi agenda también lo estaba. Concentrada todas mis entradas en actividades escolares y de recreación. Enlistaba mis tareas, horas de estudio, exámenes, reuniones de grupo y, visitas a mis amigos, reuniones, idas a cine, comer entre otras cosas. Siempre colocándole un tiempo específico a todo. Y van a verme como una loca a todo esto pero en realidad me funcionaba. Si yo colocaba en mi agenda que de 10 a 12 iba a estudiar inglés, durante ese tiempo estudiaba inglés y solo eso. Dejaba 1 hora para descansar mi cerebro, la colocaba libre y en ese tiempo ya sea escuchaba música, me daba un baño, me veía un capítulo de una serie, lo que fuera que me sacara de eso que acaba de estudiar. Y así sucesivamente durante mis días. Mi rendimiento en la universidad era muy bueno debido a que siempre tenía todo planeado. Los trabajos los tenia listos incluso días antes de tener que presentarlos, para los exámenes solo estudiaba con los resúmenes que yo misma armaba semanas antes del examen y siempre contaba con tiempo libre incluso para leer novelas o ver dramas. Muchas veces mis compañeras me decían que no podían creer lo avanzada que estaba con mis actividades. 

Cuando empecé a trabajar, sin embargo, la cantidad de actividades que tenía era muchísimo menos y, como tenía una agenda diferente para el trabajo, entonces no tenía mucho que poner en mi agenda y solía llenar esos espacios a veces con actividades que no necesitaba realizar, solo por llenar el espacio en el tiempo libre. También, solía hacer frustrarme mucho cuando por imprevistos no podía seguir mi agenda los fines de semana y esto me estresaba muchísimo. Empecé a sentir que no lograba hacer nada con mi vida y que mis objetivos estaban todos revueltos. En la universidad era fácil tener la agenda como la tenía porque mi objetivo para esa agenda era claro, estudiar, pasar mis materias y graduarme. Los fines de semana durante ese tiempo también los programaba para esas actividades a menos que tuviera compromisos sociales, para lo que ponía evento social y de tal hora en adelante y ya.  

Termine cambiando la manera de llevar mi agenda. En el trabajo sigo teniendo la lista de tareas que debo hacer en el día y las tareas generales que se van presentando para hacer con tiempo. Siempre salen imprevistos, pero, como ya no uso un horario para definir mis tareas simplemente no me estreso al no lograr los objetivos. Simplemente paso las tareas pendientes de hoy a mañana y las pongo como mi prioridad del día siguiente.  

Para mi agenda personal, he creado mi versión del "Bullet Journal". Verán, con mi psicóloga hemos estado viendo mucho sobre mis niveles de ansiedad y cómo manejarlos y una de las cosas que me causa ansiedad siempre ha sido la incertidumbre. Es por esto que para mí es importante tener un plan y llevar una agenda es, precisamente eso, un plan para el día. Me evito de esa forma ataques de ansiedad diarios. Aunque ella me ha dicho mucho que esto no es 100% saludable, estoy trabajando poco a poco para depender de mi agenda menos cada día, paso a paso chicos, paso a paso. 

En fin, cree mi versión del Bullet Journal trazando primero objetivos a largo plazo (De 2017 a 2020). Después identifique que cosas más pequeñas debo alcanzar en este año para empezar y poder llegar a mi meta a 2020. Lo hice así porque las cosas que deseo alcanzar de aquí hasta allá son muy puntuales (completa independencia económica de mis papás, mudarme, montar una tienda física de mi tienda virtual, etc). También incluí objetivos que me tracé este año específicamente como leer lo 50 libros que me propuse en Goodreads o bajar cierta cantidad de kilos o llegar a tantas visitas en el Blog, etc. Cosas que tienen más que ver con mi crecimiento personal.   

Eso de ahí lo he ido dividendo con el pasar de los meses. Es decir, si son 50 libros al año debería leer al menos unos 4 libros al mes, si quiero perder 10 kilos este año entonces debo al menos perder 1 al mes y así. Mensualmente entonces tengo estas pequeñas metas que alcanzar y programo mis actividades al respecto. Cuando voy a leer esos 4 libros o cuando escribiré las entradas para poder publicar 2 veces a la semana, o cuantas veces debo publicar en mi página de Instagram para promocionar los productos que vendo, o cuantas veces a la semana debo ir al gym. Mis actividades se derivan de esas pequeñas metas mensuales que me coloco.  

No crean que me olvido de mi tiempo libre o vida familiar y social. También tengo metas al respecto. Metas que no son cuantificables pero que están ahí presentes en cada mes para recordarme pequeñas cosas en las que debo trabajar o que tengo que tener en cuenta, como mis citas con la psicóloga una vez por semana o las tareas o actividades que ella me coloca. O pasar tiempo con mis papás y mis hermanos, sobre todo con mi hermano pequeño. También el tiempo con mis amigas y el tiempo conmigo misma, mis días de Spa, por ejemplo. Estas cosas no las pongo tan específicamente en mi agenda, pero siempre las tengo anotadas como "recordatorios" porque en realidad no son cuantificables, pero si son importantes y no se me pueden olvidar. 

Lo importante de todo esto para mi es sentir que de cierta forma tengo objetivos trazados y a cumplir. Porque a pesar de que anteriormente tenía mis metas bien claras no me sentía trabajando hacia lograrlas. No es como que empecé a hacer esto de esta manera este año y antes no hacía nada por lograr mis metas, sino que como no llevaba un récord, no tenía metas pequeñas y cosas así, yo sinceramente sentía que no avanzaba y eso no me ayudaba mucho con mis propósitos a largo plazo.  

Una de las cosas que estoy aprendiendo aún es a cómo controlar mi ansiedad cuando no cumplo mis pequeñas metas. En ciertos casos no me afecta, en otro si me genera un nivel de estrés un poco mayor. Por ejemplo, con mi negocio, si no llego a mi meta de ventas mensual me estreso y me pongo un poco ansiosa porque siento que tal vez le estoy dedicando poco tiempo a promocionar las cosas. En otros casos como el número de libros a leer en el mes, si no alcance pues no importa mucho el siguiente mes leeré un poquito más y ya. Poco a poco voy encontrando el equilibro que necesito.  

Llevar una agenda es algo muy personal y definitivamente no quiero decirle a nadie con esta entrada que debería llevarla. Tampoco creo que llevarla como yo lo hago sea algo que le funcione a todo el mundo, tal vez muchas personas pensaran que estoy loca por ser "tan rígida" con este asunto. Así me funciona a mí y puede que a ti no te funcione de esta manera, también puede que ni siquiera tengas necesidad de llevar una, lo cual también es perfectamente válido. Quería más que todo compartir mi experiencia llevándola porque siento que es algo que hace parte de mi como persona y en este Blog no siempre quiero hablar de libros y películas o series que me gustan, sino también de cosas personales.  

Ustedes chicos, ¿llevan alguna agenda? ¿Cómo lo hacen? Cuéntenme en los comentarios. 

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